Me siento más que honrado de convertirme en el próximo Director Ejecutivo del Centro para la Ley y la Justicia de Los Ángeles y continuar al frente de la agencia en nuestra misión de asegurar justicia para los sobrevivientes. Un enorme agradecimiento a Norayma Cabot, quien nos guió durante una pandemia, ayudó a fortalecer nuestra organización y personalmente me brindó tres años de tutoría directa. Estoy verdaderamente agradecido.
He trabajado en LACLJ durante diez años y en el sector sin fines de lucro toda mi carrera legal. Como hija de refugiados de Cuba, a menudo veo las experiencias de mi familia reflejadas en las historias de nuestros clientes. Crecí entendiendo lo que significaba que un dictador me quitara todos los derechos: al voto, a la libertad de expresión, a la libertad de prensa, a tener un negocio y más. Mis padres vinieron a los EE. UU. por la libertad y nos enseñaron a mí ya mis hermanos que sin justicia no somos libres. Esta visión del mundo me llevó a la facultad de derecho ya una carrera que buscaba la libertad para todos.